lunes, 4 de octubre de 2010


Muerte

Te cansó el frío añil de los años.
Te cambió el dolor,
y el ángel de tus manos
se cansó en tanto llano
de ilusiones.

Te apagó la vida con su manto,
y el camino olvidó tus pasos.
Se mutó el ala en puño
y acudió a cuanta alma
y corazón pudo.

Te estrujó el fluido ígneo
la palabra y el deseo,
y el fusil rojo de tus ojos
se oxidó por dentro
de llanto.

Hoy te beso, fantasma.
Hoy te lloro, alma mía.
¡Vuelve a la tumba!
Hoy te imploro,
que tu muerte me lastima.

1 comentario: