Ímpetu solar
Ímpetu solar y ráfagas
Un borrón y aldea nueva
No quedó ni la salmuera,
Barro amargo de aceitunas.
Se agotaron las lagunas
y un candente pus supura
como una garra del viento
polvo de las dunas y arena.
Un sol abridor de penas
dinamita en las raíces,
subterráneas cicatrices
que dejan lo joven, viejo.
Un sapo con catalejo
lleva en su lengua afilada
una ciega salamandra
que manda de lazarillo.
En el cielo los anillos
del humo, del fuego acre;
minuendo de la masacre
cuyo resto es alcanfor.
¿Qué fue de la bella flor?
¿De la bandurria de Eufonio?
¿Quién podrá dar testimonio
de la suerte en este mundo?
¿Qué será del trotamundos
que llevaba lemon pie
en su chistera? ¿Qué hay?
¿Qué será de sus cenizas?
Ímpetu solar y ráfagas
pudieron moler la vida,
hasta el alto tamarindo
o el perdón de los suicidas.
Ímpetu solar y ráfagas,
tenderete de desquicios.
No podrán con mi papel
ni mi letra malherida.
20/10/10
miércoles, 20 de octubre de 2010
Impetu solar
Ímpetu solar
Ímpetu solar y ráfagas
Un borrón y aldea nueva
No quedó ni la salmuera,
Barro amargo de aceitunas.
Se agotaron las lagunas
y un candente pus supura
como una garra del viento
polvo de las dunas y arena.
Un sol abridor de penas
dinamita en las raíces,
subterráneas cicatrices
que dejan lo joven, viejo.
Un sapo con catalejo
lleva en su lengua afilada
una ciega salamandra
que manda de lazarillo.
En el cielo los anillos
del humo, del fuego acre;
minuendo de la masacre
cuyo resto es alcanfor.
¿Qué fue de la bella flor?
¿De la bandurria de Eufonio?
¿Quién podrá dar testimonio
de la suerte en este mundo?
¿Qué será del trotamundos
que llevaba lemon pie
en su chistera? ¿Qué hay?
¿Qué será de sus cenizas?
Ímpetu solar y ráfagas
pudieron moler la vida,
hasta el alto tamarindo
o el perdón de los suicidas.
Ímpetu solar y ráfagas,
tenderete de desquicios.
No podrán con mi papel
ni mi letra malherida.
20/10/10
Ímpetu solar y ráfagas
Un borrón y aldea nueva
No quedó ni la salmuera,
Barro amargo de aceitunas.
Se agotaron las lagunas
y un candente pus supura
como una garra del viento
polvo de las dunas y arena.
Un sol abridor de penas
dinamita en las raíces,
subterráneas cicatrices
que dejan lo joven, viejo.
Un sapo con catalejo
lleva en su lengua afilada
una ciega salamandra
que manda de lazarillo.
En el cielo los anillos
del humo, del fuego acre;
minuendo de la masacre
cuyo resto es alcanfor.
¿Qué fue de la bella flor?
¿De la bandurria de Eufonio?
¿Quién podrá dar testimonio
de la suerte en este mundo?
¿Qué será del trotamundos
que llevaba lemon pie
en su chistera? ¿Qué hay?
¿Qué será de sus cenizas?
Ímpetu solar y ráfagas
pudieron moler la vida,
hasta el alto tamarindo
o el perdón de los suicidas.
Ímpetu solar y ráfagas,
tenderete de desquicios.
No podrán con mi papel
ni mi letra malherida.
20/10/10
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