respuestA
No me digas tu lugar,
No me digas el secreto que la tierra guarda en tus heridas
No me digas los rayos del sol
O los besos que te da la luna
Amor
Sólo en algún rincón de tu silencio
Que atravieso como luz en la tiniebla
Tu boca amorosa, tus alas que soplan
Un vuelo sobre mi espalda
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alondrA o ruiseñoR
Era la alondra y no el
ruiseñor
La que anunciaba el
alba, amada mía
Esa mañana que un
beso, apuraba mi partida.
Era la alondra que volaba
Con rasante canto entre
tus sábanas
La mañana que hacia
Mantua yo partía.
Era la alondra y no el
ruiseñor
Que teñía las nubes de
oriente, amada mía,
Con los colores tibios
de la aurora.
Era la alondra y no el
ruiseñor
Que apagaba las
antorchas de la noche,
Mientras el ruiseñor
las encendía
Hubiéramos volado todo
el día, amor,
Con las alas que,
tardías, trajo el ruiseñor
Era la oscura alondra,
amada mía,
La que encendía con sus
alas
Pálidos pétalos de
muerte blanca
Y preferí que fuera la
blanca luna
Y no su canto áspero y desteñido.
Era la alondra y no el
ruiseñor
¿Habías dicho luz,
amada mía?
No, eran las tinieblas
de nuestro destino.
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